"El
Primero de su Nombre" nos ha llevado hasta la mitad
de la temporada. Tommen es el nuevo rey de los Siete Reinos, pero su linaje
es no de la sangre del legítimo rey, así que no podemos decir que su mandato esté
favorecido por los Siete. Su familia se está quedando sin dinero y ha caído en
las garras del Banco de Hierro. Tommen Baratheon solo está en el trono porque
los Lannister y sus aliados ganaron una
sangrienta guerra que ha dejado destrozado medio Poniente. El poder que lo sustenta al trono es tan solo una fastuosa ilusión. La mecha adecuada, por pequeña que
sea, puede hacer saltar el polvorín de Desembarco del Rey por los aires.
"El Primero de su Nombre" comienza con la coronación de Tommen Baratheon. El juego de miradas que se produce durante la ceremonia entre Margaery y el nuevo rey va a alertar a Cersei, lo que va a utilizar Lena Headey como vehículo para su lucimiento. Cersei es la heroína no reconocida de este momento y va a ser el gran eje de Desembarco del Rey en este episodio. Podemos comprobar que —sin una copa en la mano y tras haber echado un forzado coito con su amante y hermano— la inteligencia también florece en una leona mucho más reflexiva y sosegada que de costumbre. Cersei está explorando, no sin cierta amargura, los límites de la prisión social en la que se encuentra. Así la vemos hacer un casi-acuerdo de paz con Margaery Tyrell por un lado y por otro mantener una interesante conversación con el Príncipe Oberyn Martell.
“¿De qué sirve el poder si no podemos
proteger a los que amamos?”, le pregunta al príncipe de Dorne. ”Podemos
vengarlos” contesta él, dejándonos muy claras las posiciones de cada uno. Esta
escena entre ellos también nos recuerda que la princesa Myrcella existe y que Cersei está aún muy disgustada porque se
llevaron a su hija lejos de ella.
Nos regalan además una tercera conversación
con su padre, Tywin, en la que nos revelan las dificultades financieras por las
que pasa la casa Lannister, lo que hace fundamental la alianza con los Martell. En torno a dicha alianza se establece un
calendario social, con dos bodas en el horizonte: Margaery y Tommen se casarán
en quince días y Cersei y Loras dos semanas después. No parecen haber aprendido
nada de los sucesos de bodas recientes.
Daenerys
Targaryen recibe noticias de la Bahía de los Esclavos. Todo por lo que ha estado luchado, liberando las ciudades esclavistas,
se está desmoronando. Astapor ha sido tomada por un hombre llamado Cleon, y
las cosas no están mucho mejor en Yunkai, donde los dueños de esclavos han recuperado
su poder. Además Daario Naharis ha capturado la flota de barcos de Meereen sin
haber recibido instrucciones para ello. Todo el mundo espera que
Daenerys se embarque hacia Desembarco del Rey. Pero Dany, contrariamente a
otros muchos personajes de la serie, tiene cierta conciencia y parece estar
dándose cuenta de que si ganar batallas es difícil, mucho más difícil es
gobernar. Ella cree -quizás con razón- que si navega con sus ejércitos hasta
Desembarco del Rey, es mejor que llegue con grandes logros a sus espaldas, no
simples buenas intenciones que no se sostendrán en el tiempo. Tiene el desafío
de cambiar el sistema, pero solo podrá conseguirlo si logra respaldar lo que
proclama con hechos. Así que antes de dirigirse a Poniente, necesita hacer
saber a la gente que está de su parte, que no es como los demás gobernantes que
han tenido hasta el momento. Y eso significa no
solo ser una gran conquistadora sino también una gran gobernante.
Arya continúa soñando con su venganza
personal. Es interesante ver como Arya y
El Perro aún no saben de la muerte de Joffrey y por ello la pequeña Stark
sigue incluyéndole en su lista. Dicha lista finaliza con “El Perro”, sin que
a él parezca importarle lo más mínimo.
A lo largo de la temporada nos han dado
indicios de que estos dos están
construyendo una especie de amistad, aunque haya sido forzada por las
circunstancias. Arya no se ha dado cuenta todavía pero quizá haya
encontrado en El Perro un inmejorable compañero de viaje. Un hombre que se
preocupa por ella al no encontrarla al despertar (y no creo que sea solo temor
a perder su botín) sino que le enseña de la manera difícil que su estilosa
danza de espadas no va servir de nada cuando se enfrente a un oponente bien
equipado.
Las
escenas entre Brienne y Pod no aportan realmente mucho al episodio, aparte de
darnos unos momentos divertidos
entre dos personajes que no habrían tenido otra razón para aparecer esta
semana, ya que sucesos más interesantes se estaban desarrollándo en otros
lugares.
Brienne ha asumido el rol de líder y
mentor en sus interacciones con el
escudero, el resumen de las cuales viene a
contarnos que Podrick es digno de
confianza aunque no sepa cocinar un conejo, (ni siquiera sabe que hay que
despellejarlo primero), y tan solo sirva para servir vino y ayudar a quitar
armaduras.
Sansa
y Meñique llegan a salvo al Valle. Una exageradamente cariñosa bienvenida de Lysa Arryn, tía de Sansa, esconde los
verdaderos deseos de la señora del Valle, que hace caso omiso a los deseos de Petyr de retrasar el matrimonio entre
ambos y le tiende una emboscada, en el mismo gran salón del Nido de Aguilas,
para que el enlace se produzca en ese
momento.
Comprobamos, no sin cierto temor, que la misma respuesta irracional a la
visita de Catelyn en la temporda 1 reaparece cuando Lysa, claramente
celosa, interroga a su sobrina acerca de
los afectos que Lord Baelish le dispensa.
La solución de Lysa a la, para ella, amenazante
presencia de Sansa en el Nido de Águilas se expone al final del ataque verbal
que la adolescente sufre a manos de su tía. Cuando Tyrion Lannister sea
ejecutado por el asesinato del rey, Sansa
será viuda y quedará libre para casarse
con su primo Robin, hijo de Lysa y señor del Valle. Otro matrimonio
concertado para la pobre Sansa, que es justo de los que pensábamos que escapaba
cuando huyó de Desembarco del Rey.
Otro aspecto reseñable de la parte del Valle
es la confesión de Lysa de que fue
ella quien envenenó a su esposo y que culpó a los Lannister en la carta que
envió a su hermana, todo ello inducido por los planes de Meñique. Me ha parecido demasiado directo, un tanto
irreal. No dejan nada a la especulación ni a la imaginación.
El acto final del episodio se desarrolla en
el Torreón de Craster. Como era de esperar Jon acaba con Karl, el jefe de los Cuervos insurrectos, no sin recibir
ayuda de una de las mujeres-hijas de Craster, representando, entiendo yo, a
todas ellas.
La escaramuza nos permite vivir un momento
emotivo en el que Jon y Bran casi se encuentran. Bran llega a ver a Jon, sin embargo Jojen le convence de que seguir
con su misión es más importante y que, por mucho que le quiera su hermano, o
precisamente por ello, no va a dejarle seguir con la misma, sino que le llevará
con él para protegerle. Entonces Bran toma
la dura decisión de continuar, de buscar su camino más hacia el norte aún,
en busca del cuervo de tres ojos.
La serie nos muestra al personaje de Locke,
que llevaba camino de convertirse en un
villano menor por su misión de capturar a Bran Stark, y lo mata casi
inmediatamente gracias a que el propio Bran se introduce en la mente de Hodor, que
rompe las cadenas y también el cuello del infiltrado Locke.
La cara de horror de Hodor después de haber
sido “wargarizado” por Bran y la visión de sus manos ensangrentadas es
descorazonadora. Sin embargo ver al último de los amotinados, que estaba escapando,
siendo alcanzado por Fantasma, haciendo cierta justicia poética después de todo
el tiempo que lo han tenido encerrado, mejora nuestro humor considerablemente.
Así como el reencuentro de Jon y Fantasma.
Cuando está todo dicho y hecho las mujeres e
hijas de Craster deciden quemar la casa hasta sus cimientos. Un símbolo de
final definitivo para todos los horrores allí vividos.
Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el episodio?
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