«Hay tres esclavos en esta ciudad por
cada Amo. Nadie les dará su la libertad, hermanos. Si la quieren, deben
tomarla». Las inspiradoras palabras de
Gusano Gris se convierten en proclama del levantamiento de los esclavos de Meereen, que finalmente se unen y
se alzan contra sus amos. No debe haber nada peor para un dueño de esclavos que
ver las palabras “Matar a los Amos” escritas en un muro, justo antes de ser
emboscado por su propia horda de esclavos equipados con espadas y cuchillos
(introducidos en la ciudad por los instigadores de la revuelta).
Daenerys
ha mostrado su verdadero modo de gobernar probando que no ofrecerá piedad a aquellos que lo que merecen es
venganza. “Responderé a las injusticias con justicia”, ha dicho, en una de sus
mejores líneas en lo que lleva de serie, justo antes de crucificar a 163 dueños
de esclavos de Meereen, tantos como niños esclavos crucificados encontraron en
su camino hacia la ciudad. Una prueba de que Dany no necesita de
dragones para inspirar temor.
Olenna
Tyrell ha estado particularmente
espectacular en este capítulo, no solo por el hecho de descubrir que participaba en la conspiración del asesinato del rey Joffrey,
sino por la conversación que mantiene con su nieta. La Reina de las Espinas se
va de Desembarco del Rey, sin duda la echaremos de menos.
Margaery efectivamente ha heredado el brillante carácter manipulador
de su abuela. Me alegra que en la visita nocturna que ha realizado a Tommen no
haya intentado seducir al muchacho. Hubiera sido una escena increíblemente
incómoda, rozando la pedofilia. Afortunadamente ha acabado de forma amable.
Otra gran secuencia que nos han regalado
esta semana es la de Meñique confesando
a una confundida Sansa, en el barco que les conduce a Nido de Águilas, su participación (y de paso la de la de
propia Sansa) en el reciente regicio.
Realmente un hombre sin un motivo para cometer un asesinato es un hombre del
que nadie sospecha. No puedo adorar más a este personaje a pesar de lo
retorcido…o quizás por lo retorcido que es.
El principal foco de interés tras la
polémica de la semana pasada era el reencuentro
de Cersei y Jaime. La conversación pronto deriva hacia los supuestos responsables de la muerte de Joffrey, esa
distracción creada de la que ha hablado anteriormente Olenna Tyrell. La Reina Regente quiere a Tyron y Sansa muertos y desea que Jaime
sea el hombre que mate por ella, tal y como vimos en el primer episodio de la
serie.
Jaime ha ido finalmente a visitar a su hermano a los calabozos, en una escena que ha estado
magníficamente escrita, tratando el tema del incesto con cierta naturalidad, a
pesar de las reticencias de Jaime.
Empiezo a entender, de alguna manera, por qué los directores decidieron
introducir la escena de sexo (o violación, que les ha parecido a muchos) en el Septo. Sin
ella la redención de Jaime sería casi completa. Demasiado increíble. Hemos
visto como se ha puesto del lado de su hermano contra Cersei, yendo contra sus
órdenes y pidiendo a Brienne que proteja
a Sansa, dándole su propia espada, a la que la dama de Tarth bautiza como “Guardajuramentos” (dando de paso
título al capítulo) y sacando a Podrick de Desembarco del Rey. Estos actos heroicos
hacen de Jaime un personaje demasiado bueno para ser cierto.
En el Muro, más concretamente en el Castillo Negro, Jon Nieve intenta adiestrar a los novatos pero Alliser Thorne
le recuerda que es un simple mayordomo y que la instrucción de soldados no le
corresponde. Vemos también a Jon interactuar con uno de los nuevos reclutas, Locke, que trae una hoja de ruta
escrita por Roose Bolton para acabar
con los Stark.
Thorne y Slynt por su lado tienen su
propia agenda para deshacerse del bastardo Nieve. La idea es mandar a Jon, acompañado de voluntarios, a una
misión suicida para tomar el Torreón de
Craster y matar a sus hermanos insurrectos antes de que puedan dar
información sobre sus defensas a los salvajes.
Bran,
Hodor, Jojen y Meera quedan en una
terrible situación al final del episodio. Capturados
por Karl y sus antiguos hermanos de la Guardia de la Noche. Bran se ha
visto obligado a revelar su identidad a Karl para proteger a Meera y Jojen. Las
cosas van a ponerse realmente feas cuando Jon Nieve y sus hermanos lleguen al
Torreón de Craster. Una cosa es beber vino directamente de la calavera de tu
anterior comandante, cuya muerte has causado directamente, pero ¿abofetear a
un chiquillo inválido?, demasiado.
Los últimos minutos del episodio han
sido una extraña mezcla de miedo, confusión, y profunda preocupación. ¿Qué están
haciendo los Caminantes Blancos con
los bebés?, ¿quién es la versión
azul de Darth Maul?, ¿por qué las uñas largas y sucias? Esos treinta segundos
finales han sido, quizás, lo más desconcertante de lo que llevamos de serie.
Un último pensamiento, o petición si lo
preferís. Quienquiera que haya apuñalado
a Hodor merece ser brutalmente asesinado de inmediato.
Y a vosotros, ¿qué os ha parecido el
capítulo?
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