Esperado, esperadísimo penúltimo episodio de la segunda temporada. Y ha cubierto todas las expectativas.
Una característica que distingue este capítulo de todos los demás, es que transcurre exclusivamente en Desembarco del Rey. No había cabida para ninguna otra localización. Este hecho ha provisto al episodio de una continuidad y desarrollo apropiados y necesarios para narrar la primera batalla que nos muestran íntegra en lo que llevamos de serie.
Habrá quien no le ha parecido lo suficientemente espectacular o escaso de recursos pero hemos de considerar que se trata de una serie de televisión, no de una superproducción de Hollywood con presupuesto ilimitado. Con esas limitaciones en mi opinión han realizado un brillante trabajo.
Tengamos también en cuenta que George R.R. Martín, autor de la saga literaria, ha sido el guionista del capítulo, y eso se ha notado.
Más tras el salto.
Sansa&Shae |
Los previos a la batalla se me han hecho un tanto largos y quizá algo aburridos, pura impaciencia, creo yo. Tyrion y Shae en la cama. El Maestre Pycelle dándole a Cersei un frasco con una sustancia potencialmente mortal (por si acaso). Tyrion de nuevo, esta vez siendo vestido por su escudero Podrick para la batalla en presencia de Varys, que le ha llevado un mapa con los túneles de la ciudad excavados por los Targaryen. Aquí ya se intuía que la Mano tenía varias ideas de contraataque.
Lo único interesante han sido Bronn y el Perro en el burdel (...y la cancioncita que cantaba el mercenario con los soldados Lannister...ay, esa cancioncita, guiño para los lectores) que han tenido un pequeño pique a ver quien era más malo. El Perro se sabe más grande y Bronn más rápido. Pero nos hemos quedado sin saber quien ganaría en caso de enfrentarse porque en ese momento han sonado las campanas. La flota de Stannis estaba a la vista.
Tyrion repasa con Bronn los detalles de su plan. Buena despedida de estos dos, amigos además de jefe y empleado. También Tyrion y Shae tienen su despedida, encubierta y en voz baja. Joffrey ha hecho llamar a Sansa para humillarla una vez más antes de que empiece la lucha, aunque ha sido la chica la que, con actitud dócil, ha disimulado burlas acerca del valor del rey. No se equivocaba mucho.
En el otro bando Davos y su hijo Matthos conversan en cubierta. Hablan del tiempo que hacía (20 años) que Davos no volvía a su ciudad, Desembarco, cuando era contrabandista y tenía que ingeniárselas para evadir a la flota real. Ahora él comanda la flota real, le recuerda su hijo. Tañen entonces las campanas de la ciudad, los ha avistado. Y Davos ordena acompañar la música de bienvenida con los tambores de sus barcos.
Bronn encendiendo el pebetero olímpico |
La lucha está a punto de comenzar. Tras las murallas el rey Joffrey, su tío Mano del Rey, El Perro y Ser Lancel Lannister ven acercarse los barcos de Stannis Baratheon. El rey reclama su flota pero su tío le hace callar. Tiene un plan que tal vez les dé la oportunidad de derrotar a un ejército claramente superior.
Davos está desconcertado, ningún barco les sale al encuentro, no presiente nada bueno. Entonces distingue una única embarcación en rumbo hacia ellos. Al llegar a su altura ven que no hay marineros a bordo. El timón está amarrado para seguir ese curso. Por su popa el Caballero de la Cebolla distingue un fluido verdoso derramándose sobre las aguas...¡fuego valiryo!. Ordena alejarse pero es demasiado tarde.
Tyrion da la señal y Bronn, desde una posición en el exterior, coge su arco y prende fuego a una larga flecha. Entonces, cual Antonio Rebollo encendiendo el pebetero en las Olimpiadas de Barcelona (¡¿quién no lo ha pensado?!), dispara. La flecha incendiaria surca el cielo nocturno sobre los barcos de Davos y cae en las aguas manchadas con el líquido de los piromantes. Una llama verde surge y prende el fuego valiryo rápidamente.
Davos, antes que nada padre, en los escasos segundos que tiene para reaccionar solo puede alertar a su hijo para que se agache. Pero a Matthos no le da tiempo a nada. La llama llega al barco del fuego valiryo, el cual estalla en mil pedazos, destrozando cuanto hay a su alrededor. El destino de los Seaworth es incierto. Padre e hijo, junto con otros muchos hombres, salen disparados de sus barcos hechos trizas.
Desde la distancia, en la ciudad, contemplan una devastadora explosión esmeralda que acaba con la totalidad de la vanguardia atacante. Aquí se han dejado la mitad del presupuesto de la temporada.
Mención especial a la cara de loco satisfecho del piromante Hallyne al ver los efectos de su obra.
La explosión esmeralda del fuego valiryo |
Stannis, el primero en el frente |
Stannis, en la retaguardia, observa la explosión, cuya onda expansiva casi le tira al suelo. El desconcierto entre sus hombres es evidente pero Stannis Baratheon no se amedrenta. Consciente de que sus bajas serán mucho mayores desembarcando lejos de las murallas ordena continuar el ataque. Él mismo lo lidera, siendo el primero en tomar tierra y en llegar a la ciudad.
Extraña un poco que vaya sin yelmo ni escudo por mucho que sus hombres le cubran. Supongo que han querido reflejar la valentía de un hombre que lucha por lo que quiere. Un hombre de honor que que no mandará a sus hombres a correr una suerte que no está dispuesto a correr él mismo. Aunque igual se han pasado un poco dejándolo tan "a pecho descubierto".
Sube el primero por la escalera hasta las almenas (otra cosa poco creíble) y lucha como el mejor, parece que sabe lo que se hace con una espada. Confía plenamente en sus posibilidades.
El Perro |
La lucha se traslada extramuros de la ciudad. El Perro encabeza el grueso de los soldados de Desembarco. Al más puro estilo "Perro" amenaza al jefe de arqueros con estrangularle con sus propias tripas (pedazo de amenaza, imaginaros la tortura, tiene tela) si alguna de sus flechas de fuego le roza siquiera y a sus hombres con violar sus cadáveres si a alguno se le ocurre morir sin haber manchado su espada de sangre. Tengo que decirlo, este hombre es un crack.
Lástima que en plena batalla el más intenso de sus miedos se apodera de él. El fuego de las flechas ha prendido barcas y hombres. Se paraliza al ver a un soldado en llamas avanzar gritando hacia él. Bronn le salva matándole con una flecha (y luego cargándose a otros con dos con tan solo un cuchillo...otro que es la leche). El mercenario espera aunque sea una pequeña muestra de gratitud que no llega. El Perro sigue ido, observando el fuego y la lucha a su alrededor. Todo ha dejado de tener sentido para él. Vuelve dentro, pide vino y pasa de lo demás. Cuando Tyrion y Joffrey le increpan para que vuelva a la lucha él simplemente manda todo a tomar por saco, Guardia Real, Desembarco del Rey y rey Joffrey (ole tus "güevos"). Aunque mucho me temo que eso se llama "deserción". Afortunadamente el psicópata niño rey está demasiado asustado con lo que está pasando como para tomar represalias con su, hasta entonces, hombre de confianza.
Joffrey, cobarde |
Vemos entonces la gran diferencia entre los dos reyes que se enfrentan. Si antes comentábamos la valentía de Stannis ahora destacamos la cobardía de Joffrey (es un dechado de virtudes el chaval). Los ejércitos Baratheon están a las puertas de la ciudad intentando abrirse paso con un ariete. Toda la arrogancia de la que había hecho gala anteriormente se desvanece. Se le nota en la cara que está muerto de miedo. Aprovechamos otra vez para remarcar en buen hacer de Jack Gleeson qué es capaz de mostrarnos a un Joffrey sádico y prepotente y a otro cobarde y amedrentado y en todos los casos nos lo creemos.
El rey ve una tabla de salvación cuando Lancel Lannister (que se pasa medio capítulo de correveidile) llega con orden de la reina de llevárselo de allí. Trata de hacer ver que su madre le necesita urgentemente aunque Lancel no le sigue el juego, creo que ni se da cuenta de lo que trata de hacer Joffrey. Así que no le queda más remedio que retirarse demostrando lo que vale...nada.
Tyrion es herido a traición |
La moral de los hombres se ve afectada. Tyrion le acababa de advertir: "si tu no defiendes la ciudad, ¿porqué habrían de hacerlo ellos?". Algo que no importa al rey.
Tyrion queda solo con Ser Mandon y Ser Boros de la Guardia Real en representación del rey. Los hombres comienzan a retirarse. A la Mano no le queda otra opción. Se ve que la sopesa y que no le entusiasma en absoluto pero ha de hacerlo.
Grita que él liderará el ataque. Los soldados le ignoran, no confían en un hombre de su tamaño e inexperiencia para guiarlos. Tyrion les ataca el honor. A él le llaman mediohombre y está dispuesto a luchar, ¿en qué les convierte eso a ellos?. Tenemos arenga, que nunca ha de faltar en toda batalla que se precie y aquí no podía ser menos. Aunque no deja de tener razón. No les pide que luchen por el rey, ni por honor ni por gloria, sino por sus hogares, sus posesiones y sus mujeres (si, en ese orden, habría que ordenarle las prioridades al pequeño Lannister, bueno, lo pasaremos, tampoco es para tanto). Resultado, hombres gritando espadas en alto, ya los tenemos motivados.
Y Tyrion muestra su segundo plan de ataque. Utiliza los túneles del plano de los Targaryen para salir de la ciudad y tomar por la retaguardia a las tropas invasoras. Lucha corta la verdad, acaban pronto con ellos. "¿Eran tan pocos?" parece que se pregunta Tyrion. La respuesta llega corriendo blandiendo espadas tras ellos. Otro cuerpo del ejército Baratheon se les acerca.
Entonces ocurre algo inesperado. Uno de los dos Guardias Reales que Joffrey dejó para la lucha (vamos a decir Ser Mandon porque es el que lo hace en el libro) ataca a Lord Tyrion descargando la espada sobre su cabeza. Un rastro de sangre le recorre el rostro asombrado del pequeño Lannister. Afortunadamente no puede rematarlo porque Podrick, el escudero de Lord Tyrion, le atraviesa el cráneo con una lanza, partiéndola.
Tyrion cae malherido en los brazos de Podrick. A lo lejos oye cascos de caballos acercarcándose y caballeros con estandartes que le resultan familiares. El resultado de la batalla está por decidirse.
Cersei dándole al vino |
Todo lo que hemos narrado hasta el momento ha transcurrido en el exterior. Pero estas acciones se han ido intercalando a lo largo de todo el capítulo con lo que ocurría dentro de la Fortaleza Roja.
La reina Cersei ha invitado a las damas de alta cuna y sus retoños, incluidas Sansa y Shae como su sirvienta, a refugiarse con ella dentro del castillo. Dos guardias custodian la puerta y Ser Ilyn Payne, el verdugo real, se haya con ellos en caso de necesitar protección. Al menos eso es lo que le dice Cersei a Sansa cuando ésta le pregunta por el objetivo de tener al verdugo allí. Luego sabemos que es mentira. Su objetivo real es matarlos en caso de que la ciudad caiga para evitar un destino peor (cosa que no entiendo porque no veo a Stannis asesinando inocentes).
Cersei va bebiendo más y más vino e importunando a Sansa cuando le place. A medida que va pasando el tiempo se notan los efectos de la bebida en la reina que se vuelve cada vez más despectiva con la joven Stark. Sus ojos también se fijan en Shae a la que no duda en humillar. Shae se contiene sabedora de que tiene todas las de perder. Por suerte una de las incursiones de Lancel para informar sobre el transcurso de la lucha desvía la atención de la reina y Shae aprovecha para escurrirse.
Entremedias a Cersei se le suelta la lengua y le habla a Sansa de cuanto lamenta haber nacido mujer en un mundo de hombres y que cuando era pequeña no entendía por qué a ella y a Jaime los trataban diferente. También quiere enseñarle a su posible futura nuera a utilizar las armas de las que las mujeres de Poniente pueden valerse para medrar en la vida. Sansa aguanta estoicamente todos sus insultos, los velados y los directos.
Llega el momento en el que la ciudad se da por perdida y Cersei huye de la sala con su hijo Tommen. Sansa tiene que asumir la responsabilidad de tranquilizar a las damas allí congregadas mintiéndoles acerca de la situación de la lucha. Shae se da cuenta de que es el único momento que tendrá Sansa para escapar y la urge para que vaya a su habitación y se encierre. Si gana Stannis la devolverá a casa. Suponemos que el que los guardias le abran la puerta y el que Ser Ilyn no la detenga significa que no tenían otras órdenes contra ella.
Llega a su cuarto y traba la puerta. Allí la esperaba el Perro, sentado en las sombras. La chica se asusta al principo. Luego Sandor, bastante melancólico, le dice que va a irse de la ciudad, hacia el norte y, que si ella quiere, podría llevarla a Invernalia. Sansa declina, espera que Stannis la libere. Yo no sé tampoco hasta que punto me fiaría de un hombre que me confiesa que lo que más le gusta en el mundo es matar. Y el Perro se va. Espero que volvamos a saber de él.
Tywin Lannister y los Tyrell regan al rescate |
Cersei ha llevado a Tommen a la sala del Trono donde ella se ha sentado en el mismísimo Trono de Hierro con su hijo pequeño sobre sus rodillas. Comienza a contarle un cuento sobre un pequeño león y los peligros que le rodean, ciervos, lobos, la sutileza no es lo suyo. Mientras narra el relato en el exterior la caballería que Tyrion vió acercarse lucha contra las tropas de Stannis. Son Lannister como bien podemos distinguir por sus estandartes. Entre ellos destaca un caballero sobre caballo blanco vistiendo una armadura con yelmo de ciervo (aunque para distinguirlo hay que fijarse mucho).
Luchan y vencen. A Stannis Baratheon tienen sus hombres que llevárselo a rastras cuando todo está perdido entre sus gritos para que sigan peleando.
En el interior Cersei está dispuesta a acabar con la vida de su hijo, para evitarle sufrimiento, y suponemos que con la suya propia gracias a la poción que le proporcionó el maestre Pycelle pero alguien irrumpe bruscamente en la sala del Trono de Hierro. Cersei y Tommen se sobresaltan pero no tienen nada que temer. Vestido con la armadura de su amado Renly Loras "Porqueyolovalgo" Tyrell se despoja del yelmo, tropas de los Tyrell y los Lannister le acompañan. Al fondo una figura imponente se distingue. Cersei reconoce a su padre que, con signos de haber librado combate, se les acerca para decirles que la batalla ha finalizado y que han ganado. Un alivio para Cersei. Y que grande es Charle Dance que con aparecer cinco segundos y decir dos frases nos regala un genial final de capítulo.
Magnífico salvo pequeñas excepciones. Una forma narrativa diferente (que deberían utilizar más y evitarnos tantos saltos en las tramas) y por fin una contienda librada y no narrada como nos tenían acostumbrados.
Poco más tengo que añadir, más que nada porque esta vez si que me he extendido de lo lindo pero es que cuando algo me gusta no tengo medida.
Y ahora, por favor, vuestras impresiones.
Un poco más y escribes un libro. Piénsatelo, no se te da mal.
ResponderEliminarA mi el capítulo si me ha gustado. La lucha que nos han enseñado es como me la esperaba. No esperaba una batalla tipo abismo de Helm o campos del Pellenor de ESDLA porque sería absurdo.
Lo que se me hecho mas pesado ha sido la parte de Cersei y Sansa.
Pero la impresión final ha sido buena. 9/10.